Encontraron a una maestra desaparecida hace 30 años, emparedada en una pared.

Una maestra de escuela que desapareció en los años ochenta fue encontrada en un escondite en su propia casa. Aparentemente, su esposo la asesinó y luego ocultó su cuerpo en un contenedor dentro de la pared. El hombre falleció este invierno.

Los residentes de la ciudad de Poughkeepsie, estado de Nueva York, están conmocionados por el espantoso descubrimiento.

En una de las casas privadas se encontró el cuerpo de una mujer que había sido reportada como desaparecida desde 1985. Según informa la cadena de televisión CBS, un empleado de una empresa de construcción estaba limpiando la casa después de la muerte de su propietario, quien falleció en diciembre del año pasado. Al abrir una pared que le pareció sospechosa, descubrió un contenedor con los restos de la mujer.

La autopsia reveló que se trataba del cuerpo de Joann Nichols, una maestra de escuela de 55 años que desapareció sin dejar rastro en 1985. Se encontraron signos de violencia en el cuerpo. La muerte fue causada por un golpe en la cabeza.

Hace casi treinta años, su esposo James informó de la desaparición de su esposa. Él cooperó con la investigación y afirmó creíblemente que no sabía dónde estaba su esposa. Solo después de su muerte natural se reveló el terrible secreto. Después de matar a su esposa, colocó su cuerpo en un contenedor y lo emparedó en la pared de su propia casa.

Los residentes de la ciudad quedaron horrorizados por las nuevas circunstancias, aunque muchos no se sorprendieron. Los vecinos le dijeron a los periodistas que James siempre fue una persona muy extraña y reclusiva.

La policía informó que se ha reabierto la investigación del caso. En 1985, las autoridades concluyeron que fue un posible suicidio bajo circunstancias no esclarecidas. Sin embargo, ahora no hay nadie que pueda enfrentar un castigo, ya que el principal sospechoso ya está muerto.

No es infrecuente que las personas que mueren de forma no violenta pasen desapercibidas en su propia vivienda. Por ejemplo, el cadáver de un residente de Estocolmo permaneció en su apartamento en el centro de la ciudad durante un año y medio.

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